El Bautismo de Domingo
“Una célebre señal precedió al nacimiento de Santo Domingo. Su madre (beatificada por León XII en 1828) vio en sueños el fruto de sus entrañas en forma de un cachorro que, con una antorcha en la boca, salía de su seno para abrasar el mundo. Inquieta por un presagio de sentido tan oscuro, iba con frecuencia a orar ante el sepulcro de Santo Domingo de Silos, que había sido abad del monasterio de su nombre, no muy distante de Caleruega. Agradecida a los consuelos que allí obtuvo, dio el nombre de Domingo al niño objeto de sus oraciones. Era el tercer hijo que salía de sus benditas entrañas. El mayor, Antonio, consagró su vida al servicio de los pobres y honró con su gran caridad el sacerdocio de que estaba revestido; el segundo, Mamés (o Manés), murió con el hábito de fraile predicador (beatificado por Gregorio XVI en 1834).
Cuando Domingo fue presentado en la iglesia para recibir el bautismo, una nueva señal manifestó la grandeza de su predestinación. Su madrina, a quien los historiadores designan solamente con el nombre de “noble señora”, vio en sueños sobre la frente del bautizado una estrella radiante (es uno de los atributos o símbolos iconográficos de Santo Domingo). Siempre quedó algún vestigio de dicha estrella en la faz de Domingo, y se observó, como particularidad de su fisonomía, cierto esplendor que procedía de su frente y atraía el corazón de cuantos le miraban. La pila de mármol blanco en que el Santo había recibido las aguas regeneradoras fue transportada el año 1605 al Convento de Predicadores de Valladolid, por orden de Felipe III, quien quiso que su hijo fuese bautizado en ella. Hoy está en el Monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid, y en ella se bautizan los vástagos de la familia real española”
(Lacordaire, “Santo Domingo y su Orden”, Ed. San Esteban-Edibesa, Salamanca, 1989)
La pila bautismal de Domingo
La pila bautismal de Santo Domingo de Guzmán se encuentra en la Iglesia del Monasterio de Santo Domingo el Real, de las MM. Dominicas, situado en la calle Claudio Coello, nº 112, de Madrid.
El Monasterio es un sencillo edificio de ladrillo rojo, que comenzó a construirse en 1879 por el arquitecto Vicente Carrasco, en solares que ya habían pertenecido a la comunidad y que había comprado Don Francisco Maroto. Se inauguró este nuevo Monasterio en 1882. En la guerra civil de 1936 fue muy maltratado, por lo que fue restaurado en 1943.
El primer Monasterio de Santo Domingo el Real, fue edificado en 1218, en la actual Plaza de Santo Domingo, en el centro de la zona antigua de la ciudad y cercano al Palacio Real.
Fue fundado por Santo Domingo de Guzmán, contribuyendo personalmente a su edificación. Durante siglos fue objeto de devoción, de cuantiosas donaciones y de privilegios, por parte de devotos, nobles, monarcas y papas.
Las crónicas, anales dominicanos y las historias de la villa de Madrid nos hablan del esplendor y magnificencia alcanzados en sus distintas épocas.
Ese monasterio fue demolido en 1870, ocasionando daños, dispersión y pérdida de obras de arte, documentos, reliquias... que por la devoción y esplendidez de los muchos devotos reunieron a lo largo de 652 años. Algunas de esas obras fueron expropiadas y pasaron a museos y archivos. Otras desaparecieron, pasaron a manos de particulares o fueron destruidas por distintas circunstancias históricas.
Entre las reliquias conservadas se encuentra la Pila bautismal de Santo Domingo de Guzmán
Pertenecía esta Pila a la iglesia parroquial de la villa de Caleruega, donde fue bautizado Santo Domingo. Al ser declarado santo en 1234, por el papa Gregorio IX, comenzó a venerarse como reliquia.
La Pila es de piedra blanca no tallada y se halla cubierta en gran parte de plata con adornos dorados, algunos de oro, que ostentan las armas reales y escudos de la Orden.
Como curiosidad podemos señalar que en la Catedral de Palencia, en un nicho de la capilla de San Jerónimo, cubierto con una reja, se conserva un trozo de piedra de dicha Pila bautismal.
Fue Felipe III (1578-1621) quien en 1605, llevó la Pila de Caleruega a Valladolid para bautizar a su hijo Felipe IV. Posteriormente sería trasladada a Madrid y depositada en este Monasterio de Santo Domingo el Real de las MM. Dominicas.
Desde entonces los herederos de los Reyes de España, han cumplido con el rito de ser bautizados en la Pila en la cual fue bautizado Santo Domingo de Guzmán.
No ha sido bautizado en ella el Rey Juan Carlos, al haber nacido en Roma. Sí lo han sido sus hijos, las Infantas Elena y Cristina y, el Príncipe de Asturias, Don Felipe. Posteriormente los infantes eran presentados y ofrecidos a la Virgen de Atocha, Patrona Real de Madrid. Los últimos en ser bautizados en ella han sido las infantas Leonor y Sofía, hijas de los reyes Felipe VI y Leticia.
Para el bautizo, la Pila de Santo Domingo se traslada al lugar o palacio correspondiente, siendo devuelta después. Se conserva la documentación de sus diversas salidas del Monasterio.
(Tomado de “Una pila bautismal histórica”, de Amalia Roales-Nieto y Azañón, editado por el Instituto de Sociología Aplicada, 1990, Madrid)