Jesús nos pide a todos docilidad interior. Aceptar pasivamente que Él nos lleve a donde quiere. Es el camino místico. Un camino que nos introduce en una densa tiniebla, en un oscuro túnel. Por eso muchos deciden dar media vuelta y seguir donde estaban, seguros en su propio camino. Pero algunos valientes se abrazan a su cruz y, con ayuda de Dios, llegan hasta el final del túnel. Sólo éstos experimentan la unión con Dios. Sólo éstos experimentan la resurrección interior.