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Revista CR: Hambre y sed de humanidad

Revista CR

“El ser humano es creado por amor…” El ser creado no es su creador. El ser humano no es Dios. Desde el origen hasta el final, el amor es nuestra realidad. Todo amor es inicio, precisa de respuesta y es creación. Responder y ponerse en camino para llegar a ser lo que somos: “imagen y semejanza de Dios”.


Revista CR: Hambre y sed de ATENCIÓN. “Dichosos los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia” (Mt5,7)

Revista CR

Hambre y sed, necesidad… en esta ocasión llamamos la atención a la necesidad de atención. La falta de atención, la indiferencia, el aislamiento, el rechazo, pueden ser (son) razones, causas de la falta de sentido, la falta de ilusión, la falta de motivación que nos ponga en movimiento, para ser protagonistas de nuestra vida, para saber acompañar y sabernos acompañados, caminar con los demás para ser, crear y… trascender.


Espacios verdes en el evangelio de Mateo: imaginario e identidad

La dominica Mariela Martínez participa en esta obra de colaboración con un capítulo titulado "Espacios verdes en el evangelio de Mateo: imaginario e identidad", un estudio de algunas metáforas vegetales de Mateo que trata de explicar el sentido del «fruto bueno o malo» e identificar los referentes de los árboles tan frecuentemente utilizados en su enseñanza.


Revista CR: Hambre y sed de paz. “Dichosos los que trabajan por la paz...”

Revista CR

En este nuevo año que hemos comenzado el título de cada uno de los número de la revista comenzará así: “Hambre y sed de …” Tenemos hambre y sed de aplacar las necesidades que se hacen más patentes y urgentes por su ausencia. Terminamos y comenzamos un año con la ausencia de PAZ, esta ausencia nos hace conscientes de su necesidad. Hambre y sed, necesidad, urgencia, no estamos para destruirnos… ¿Es que la paz hoy no tiene lugar en el que vivir?


Comentario espiritual de los salmos

Oración

Los salmos y los cánticos que oramos en la Liturgia de las Horas –y en otras celebraciones litúrgicas– forman parte de la esencia de la Iglesia. Porque los cristianos formamos una comunidad orante que camina hacia la salvación. Cuando recitamos o cantamos estas oraciones, nos sumamos a millones de creyentes que unen su corazón y su alma en este mundo, y también nos unimos a los santos y los ángeles que habitan en el Cielo. Y al orarlas con toda nuestra persona, experimentamos –de algún modo– el Reino de Dios.

Este libro trata de ayudarnos a encontrar el sentido profundo de los salmos y los cánticos, con el fin de que nuestra oración se eleve hacia Dios, que habita en lo Alto, en la corte celestial, y también en lo más hondo de nuestra persona, porque somos su templo, la casa que Él habita.